El Asombroso Caso de “Investigación” de Irene Zugasti: que Olvidó Leer el Artículo

April Huggett, ciudadana canadiense que ejerce como médica de combate del batallón Alcatraz en la guerra de Ucrania. Lola Hierro

Prepárense, damas y caballeros, porque Zugasti se dispone a destapar una conspiración de proporciones épicas tejida por El País y April Huggett. Con la profundidad investigativa de quien dedica “un rato en internet”, Zugasti nos regala un hilo que es… bueno, es algo!

https://twitter-thread.com/t/1905322943548371385

El hilo completo de Irene Zugasti y su “historia de propaganda de guerra”

Femonacionalismo de guerra en Ucrania 🇺🇦

¿Quién es April Hugget,entrevistada en @el_pais, médico canadiense y madre devota que se alistó a defender Ucrania, la democracia y la paz?

👉🏾 ni es médico de combate
👉🏾 ni es soldado

Síganme en esta historia de propaganda de guerra 👇🏾

1/9 Hugget vivía en la Columbia Británica Canadiense 🇨🇦 sin oficio conocido. En 2022 (oh, casualidad) monta una fundación de caridad donde solo está ella, de original nombre: Planet of People. Podéis ver su FB: pura captación de fondos 💰para fines militares y propagandísticos 👇🏾

2/9 Su “ONG” conecta a su vez con otras estructuras “humanitarias” o de apoyo: DeFactoUnity, United for Freedom. Utiliza mecanismos de fundraising y plataformas de recaudación, listas de deseos de Amazon, PayPal, BuymeaCoffee y similares. Una sacacuartos profesional, vaya 👇🏾 💶💸

3/9 Y así dos años hasta convertirse en “relaciones públicas” de su Batallón, Alcatraz. El de los ex convictos. Curiosa figura, muy de moda también en Israel 🇮🇱 Sus campañas, tours y recaudaciones también han llegado a otros batallones, como Azov, abiertamente nazi desde 2014. 👇🏾

4/9 Obviamente no es doctora: echa betadine a sus compañeros porque “hizo un curso”. Tampoco es soldado, aunque sí un arma de propaganda eficaz que en 2022 ya vimos en muchos sitios. Ser mujer y joven juega en su favor en medios occidentales, claro. ¡Qué valiente valkyria! 🤦🏼‍♀️👇🏾

5/9 Aunque parapete su imagen con alguna foto de juguetes o mascotas en refugios, su principal activo es el material militar que recauda en RRSS. 👉🏾 Es decir: mueve capital privado internacional parar armar a un ejército y su órbita y crea una imagen amable de los muchachos. 👇🏾

6/9 ¿Cuántas de esas organizaciones “caritativas” así se implantaron para sacar fondos en 2022? ¿Dónde irán esas armas y radicales?
Todo esto lo he podido comprobar en un rato en internet. Seguro que @el_pais también. ¿Por qué dan voz a una historia falsa de una propagandista? 👇🏾

7/9 la respuesta está en el titular: el mensaje de April es el que necesita Bruselas. No habrá paz en Ucrania. No habrá vecindad posible con Rusia. Seguid luchando” El mismo de Von Der Leyen, Kaja Kallas, Robles, Lagarde. Muchas femonazionalistas llevan traje, otras camuflaje 👇🏾

8/9 El Femonacionalismo de guerra utiliza los caminos abiertos por el feminismo* liberal para legitimar el régimen de guerra, los intereses del gran capital y en última instancia, el orden de género tradicional. Israel tiene exactamente el mismo esquema de propaganda. Y chicas…

Esto es muy viejo. Aquí no hay emancipación ni modernidad ni feminismo. Ni siquiera representatividad de los intereses de la mayoría de mujeres cuya “agencia” arrebatan con muchos dólares y muchos euros de por medio. El feminismo antiimperialista es el único antídoto posible. 💜

La gran “exclusiva” con la que Zugasti arranca su diatriba es que April Huggett
👉🏾 ni es médico de combate
👉🏾 ni es soldado

¡Impactante! Salvo por un minúsculo, insignificante detalle: el propio artículo de El País lo explica con meridiana claridad desde el principio. Sí, han leído bien. La gran exclusiva “destapada” por Zugasti estaba… en el texto que critica.

Pero la cosa no queda ahí. Huggett, según Irene es, agárrense, ¡una “sacacuartos profesional”! ¿Su crimen? Recaudar fondos a través de su fundación y plataformas online.  ¡Escandaloso! En medio de una guerra brutal, donde los suministros médicos y militares escasean desesperadamente (algo que el artículo también detalla), ¿cómo osa alguien pedir ayuda económica para conseguir torniquetes, drones o botiquines? Claramente, la única motivación posible es forrarse. Las pruebas de este enriquecimiento ilícito son, por supuesto, tan abundantes como… inexistentes. Pero ¿quién necesita pruebas cuando tienes indignación y emojis de billetes? 💸

Extraordinary women and their stories – Wow Woman

April Huggett, de la tranquilidad canadiense al infierno de la guerra en Ucrania

[🔗 Enlace al artículo original]

April Huggett, una madre canadiense de tres hijos, dejó atrás la paz de su pueblo en Columbia Británica para responder a un llamado imposible de ignorar: las atrocidades cometidas por Rusia en Bucha, Ucrania, en 2022. Lo que comenzó como un viaje humanitario de 20 días se convirtió en una misión de vida. Hoy, es médica combatiente en el Batallón Alcatraz de las Fuerzas Armadas de Ucrania, integrado por exreclusos que eligieron redimirse luchando por su país.

Una transformación radical
Desde su llegada, Huggett distribuyó ayuda, rescató animales y apoyó a civiles en zonas de alto riesgo. Pero fue la resiliencia ucraniana la que la llevó a dar un paso más: alistarse. Ahora, bajo bombardeos constantes, salva vidas en el frente, mientras sigue recaudando fondos para sus compañeros. Su historia no es solo de valentía, sino de convicción: “Si Rusia gana, el mundo libre habrá fallado”.

Lecciones de guerra y humanidad
Entre cráteres y escombros, Huggett descubrió una sociedad que sonríe ante la adversidad. Recuerda a una anciana de 80 años cultivando su tierra bajo el fuego enemigo: “Estas personas solo quieren libertad”. Como soldado, aprendió que la guerra no concede pausas: “O luchas cada día o mueres”.

Mujer en un mundo de hombres
Aunque valora el respeto hacia las mujeres en Ucrania, enfrenta el escrutinio constante por su género. Su respuesta: demostrar que puede igualar —o superar— a sus colegas masculinos. Inspirada por mujeres como Zoya Shkurko, una incansable activista, Huggett redefine el coraje femenino en la guerra.

El precio personal
Su mayor sacrificio: estar lejos de sus hijos. “Ellos son mi razón”, confiesa, guardando sus fotos como talismán. Pero su determinación es inquebrantable: “El futuro de mis hijos depende de esta lucha”.

Un mensaje al mundo
Para quienes proponen negociar con Putin, Huggett es contundente: “Rusia solo entiende la fuerza”. Su visión de la victoria es clara: “Rusia debe ser incapaz de repetir esta barbarie”.

¿Por qué leer su historia completa?
Porque April Huggett encarna la esencia de lo extraordinario: una mujer común que eligió lo heroico. Su relato —entre balas y esperanza— es un llamado a no mirar hacia otro lado.

Glory to Ukraine. Glory to the Heroes.


Descubre el artículo completo

Y cómo no, el comodín estrella: ¡Azov! Zugasti, desempolvando los talking points más manidos, vincula las recaudaciones de Huggett con el batallón “abiertamente nazi desde 2014”. Una pincelada de reductio ad Hitlerum nunca falla para envenenar el pozo, ignorando cualquier evolución, contexto o el pequeño detalle de que múltiples medios canadienses y reportajes de TV corroboran la labor de Huggett y la necesidad de esos fondos. Pero, ¿para qué contrastar información o investigar más allá de “un rato en internet” cuando puedes lanzar una etiqueta tóxica y sentirte moralmente superior?

Todo esto, aderezado con el neologismo de moda, “femonacionalismo de guerra” –un término tan profundo y esclarecedor que sirve para explicarlo todo y nada a la vez–, y una generosa dosis de insultos gratuitos (“valkyria” con sorna 🤦🏼‍♀️), nos deja ante una crítica que es, más un berrinche ideológico con ínfulas de periodismo de investigación.

En resumen: un intento de demolición que empieza disparándose en el pie al “revelar” lo que el propio texto decía, continúa con acusaciones sin pruebas basadas en la criminalización de la ayuda humanitaria/militar, recurre a clichés propagandísticos y culmina en un batiburrillo ideológico. Si esto es desmontar una “historia falsa”, quizás la próxima investigación de Zugasti debería empezar por leer el artículo completo. O, ya puestos, por consultar Google más allá de ese “rato”.

Francamente, más que propaganda de guerra, lo que vemos aquí es una absoluta mediocridad.

Patético, sí. Y bastante divertido, sin querer.


Diagnóstico rápido de Zugasti en 10 tuits: Huggett es “femonacionalista”. Su “ONG” y labor “humanitaria” (¡Entre comillas!) son una tapadera. Es una “sacacuartos profesional” que financia nazis. Ni es soldado, ni doctora, solo una “valiente valkyria” 🤦🏼‍♀️ del Betadine. Y que toda su labor es pura propaganda, claro, y El País, lo publica para engañarnos!

Lo más “admirable”: CERO pruebas. Ni una! Solo insultos y acusaciones “porque lo digo yo”.

¡Bravo, Zugasti! ¡Patético es quedarse corto! Al menos dejarás este monumento a la falacia y difamación sin hechos.


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