El 56% de españoles se decanta por negociar con Rusia en lugar de enviar más armas o tropas a Ucrania, según un sondeo – Europapress

El 56% de españoles se decanta por negociar con Rusia en lugar de enviar más armas o tropas a Ucrania, según un sondeo – Europapress

Utilizar la palabra “negociar” en el contexto actual del conflicto entre Rusia y Ucrania es, en efecto, profundamente confuso y manipulador. Este término, que evoca una imagen de diálogo igualitario y voluntad mutua de llegar a acuerdos justos, está completamente desvirtuado por la realidad de los hechos. Analicemos por qué:

1. El historial de Ucrania con respecto a la diplomacia

Desde el inicio de las tensiones, Ucrania ha demostrado un compromiso con la búsqueda de soluciones diplomáticas:

  • El presidente Volodímir Zelenski, antes de la invasión de febrero de 2022, hizo múltiples esfuerzos para dialogar con Moscú. Estos intentos fueron consistentemente rechazados por Rusia, mostrando una falta de interés en resolver las tensiones de manera pacífica.

Este patrón de rechazo y sabotaje de las vías diplomáticas demuestra que Rusia no estaba interesada en “negociar” en el sentido genuino de la palabra.

2. La distorsión del término “negociar” tras la invasión

Desde que comenzó la invasión a gran escala en febrero de 2022, las condiciones que Rusia ha impuesto para cualquier tipo de diálogo no pueden considerarse negociaciones reales:

  • Exigen la capitulación de Ucrania: Rusia ha dejado claro que solo aceptará “negociar” si Ucrania cede territorios ocupados ilegalmente, como Crimea, y además acepta la Anexión de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia a Rusia.
  • Amenaza constante: Además de estas exigencias, Moscú amenaza con continuar su expansión territorial si Ucrania no acepta estas condiciones. Esto convierte cualquier intento de diálogo en una extorsión disfrazada.

Por lo tanto, “negociar”, en este caso, es un eufemismo para obligar a Ucrania a renunciar a su integridad territorial y soberanía, lo cual contradice los principios del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.

3. Negociar vs. capitular: una manipulación de la realidad

Llamar a este proceso “negociación” es una manipulación del lenguaje que busca:

  • Presentar a Ucrania como intransigente por no aceptar condiciones que equivalen a una rendición parcial.
  • Proveer un marco retórico que minimiza la responsabilidad de Rusia como agresor, al presentar su extorsión territorial como parte de un proceso de diálogo legítimo.

En realidad, lo que está en juego no es una negociación, sino la exigencia de que Ucrania capitule, algo que no puede considerarse legítimo bajo ninguna perspectiva ética o legal.

4. El impacto de esta narrativa en la opinión pública

El uso confuso del término “negociar” tiene consecuencias graves en cómo la opinión pública percibe el conflicto:

  • Induce a pensar que Ucrania está rechazando opciones razonables de diálogo, cuando en realidad está defendiendo su soberanía.
  • Genera una falsa equivalencia moral entre agresor y agredido, ignorando que fue Rusia quien rompió todos los acuerdos internacionales con su invasión.

5. Conclusión

En el contexto actual, “negociar” no significa dialogar en igualdad de condiciones, sino aceptar chantajes y renunciar a principios fundamentales de soberanía e integridad territorial. Utilizar este término sin contexto es permitir que la narrativa rusa manipule la realidad del conflicto. Ucrania tiene todo el derecho de rechazar una “negociación” que equivale a su desmembramiento como nación. Por tanto, hablar de negociar con Rusia en estas circunstancias no solo es confuso, sino que también blanquea las acciones de un agresor que ha demostrado desprecio por el derecho internacional y la paz.


Comments

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *