Esta traducción se realiza con el propósito exclusivo de documentar y denunciar la retórica propagandística procedente de Rusia. Considero fundamental exponer la gravedad de la deshumanización presente en estos discursos y poner las evidencias a disposición de las sociedades democráticas.
Tsargrad TV – se encuentra entre los 15 medios online más citados.
Tsargrad TV ( Царьград ТВ) es una edición digital y canal TV ruso, conocido por sus posturas a favor del Kremlin y de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

08 julio de 2024
Autor: Andrey Perla, publicación original en Tsargrad.tv

Resumen:
“Allí no hay personas”: así justifica la Federación Rusa su ataque contra el hospital infantil de Kiev.
El columnista del canal de televisión Tsargrad, Andrei Perla, pidió que el ataque contra el hospital infantil Okhmatdyt de Kiev, se considerara como algo “natural” y se renunciara a todo remordimiento.En su columna publicada el 8 de julio, titulada “El hospital infantil de Kiev no fue un accidente. Es hora de reconocerlo y dejar de tener miedo”, Perla sostiene que las Fuerzas Armadas rusas no deben sentir lástima por los niños ucranianos.
“La despiadada ley de la guerra es muy simple: nuestros enemigos no pueden ser considerados seres humanos. Tenemos que darnos cuenta de algo tan simple como temible: en el otro bando no hay personas. Ni un solo ser humano. Nuestros misiles no matan personas. Ni un solo ser humano. Allí no hay personas”, declara.
Perla cree que “Si el objetivo de la Operación Militar Especial es garantizar la seguridad de Rusia, desnazificar y desmilitarizar Ucrania, el camino hacia ese objetivo es el siguiente: los nazis supervivientes, junto a toda su parentela, deben huir aterrorizados hacia Occidente. Más allá de la frontera polaca. Que escapen siendo bombardeados de las ruinas de sus hogares y ciudades. Y que por el camino, pierdan sus banderas amarillo – azul, junto con sus pantuflas.”
Así que, simple y llanamente, no hay que justificarse por el ataque a un hospital infantil. Hay que decir: ¿Queréis que pare esto? Rendios. Capitulad. Entonces, quizá, os perdonaremos la vida.


El ataque a un hospital infantil en Kiev ha provocado que se hable de humanismo. Pero este discurso favorece al enemigo. Los que hoy se compadecen de los niños del enemigo no se compadecen de los nuestros. El verdadero Humanismo es acabar con la guerra, y la única manera de acabarla, es mediante la Victoria.
En Kiev, tras nuestro ataque con misiles, resultó dañado el edificio del hospital infantil “Ohmatdyt”, el más grande de la ciudad e incluso de toda Ucrania. Lo que se dice sobre nuestro ejército, Rusia y todos los rusos en Occidente a este respecto es comprensible y poco interesante. En nuestro lado del frente dicen (como siempre en estos casos) es que solo atacan objetivos militares y que el impacto en un hospital, y encima infantil, solo puede ser consecuencia del “buen” trabajo de la defensa antiaérea ucraniana. Gloria a los sistemas “Patriot” y a los asesores militares de la OTAN, que han preparado los cálculos para proteger Kiev.
Lo que sigue después, tampoco es ningún misterio. Lo ocurrido será objeto de debate durante mucho tiempo por parte de expertos militares, periodistas, observadores profesionales y aficionados… Y, por supuesto, políticos. La propaganda enemiga volverá a llamarnos “orcos” y dirá que Rusia debe ser derrotada porque bombardea a niños. Nuestra propia propaganda repetirá que no luchamos contra niños y que nunca lo hemos hecho, que el Occidente miente, como mintió sobre Bucha y la supuesta deportación de niños a Rusia. Francamente, nuestra propaganda se justificará como si Occidente tuviera realmente algún derecho a juzgarnos.
Corriendo el riesgo de parecer una persona cruel y cínica, me permitiré plantear un par de preguntas sobre este tema.
Los niños que no salvamos
La primera pregunta sería: ¿realmente creen que ahí fuera, al otro lado del frente, en el Occidente unido contra nosotros, hay alguien que tenga algún derecho moral a juzgarnos?
El 27 de julio de 2014, Gorlovka vivió un domingo sangriento. Ese día, la foto de Kristina Zhuk, asesinada junto a su pequeña hija, dio la vuelta al mundo. La foto se llamó “la Madonna de Gorlovka”.

Este asesinato no pudo atribuirse a un accidente ni a un mal funcionamiento de la defensa antiaérea. Hace casi 10 años no existían tales explicaciones. Fue simplemente un bombardeo con “Grad” sobre la población civil de la ciudad. Las tropas ucranianas practicaron este tipo de bombardeos durante toda la guerra y siguen haciéndolo. No saben luchar de otra manera.
El 5 de mayo de 2015 se inauguró en Donetsk el Paseo de los Ángeles.
El 2 de junio de 2017 se erigió un monumento a los “Niños del Donbás”. En aquel momento, algunos pensaban que lo peor ya había pasado y que la cuenta de niños asesinados por el enemigo no seguiría aumentando. En el Paseo de los Ángeles, en 2023, había 67 nombres.
Esta cifra no está completa. Los bombardeos continúan con misiles cada vez más sofisticados. Bajo fuego se encuentran Bélgorod, localidades de la región de Kursk, las regiones de Zaporiyia y Jersón, Crimea y Sebastopol. Dos niños murieron el 23 de junio de 2024 por un misil estadounidense de largo alcance en una playa de la costa norte de Sebastopol. Fue un ataque terrorista selectivo y bien preparado: hubo 150 heridos en la playa.

Recordemos todo esto. Y ahora preguntémonos de nuevo: ¿estos que suministran misiles a Ucrania, estos que entrenan a los soldados ucranianos, estos que con sus drones y satélites corrigen la puntería de los misiles contra nuestros niños y estos que pulsan los botones de “lanzamiento”, tienen derecho a hacernos algún reproche? ¿A apelar a la humanidad y a la misericordia?
Escribo “estos” porque la ley despiadada de la guerra es muy sencilla: estos enemigos no pueden ser considerados humanos. Hay que ser conscientes de ello, simple y llanamente: al otro lado no hay humanos. Ni uno solo. Nuestros misiles no matan a personas. Ni a una sola. Allí no hay personas.
Si no aceptamos esto como un hecho, si no nos prohibimos considerarlos humanos, compadecerlos, protegerlos, nos debilitaremos a nosotros mismos. Limitaremos nuestra capacidad de salvar a nuestros hijos. Dificultaremos nuestro camino hacia la victoria.
El verdadero humanismo
No es la primera vez que su humilde servidor dice (no soy el único que lo dice y lo piensa): la única manera de hacer frente al terror es exterminar a los terroristas e infundir terror en la sociedad que los engendra. Si el objetivo de la Operación Militar Especial es garantizar la seguridad de Rusia, desnazificar y desmilitarizar Ucrania, el camino hacia ese objetivo es el siguiente: los nazis supervivientes y toda su parentela deben huir aterrorizados hacia Occidente. Más allá de la frontera polaca. Que escapen siendo bombardeados de las ruinas de sus hogares y ciudades. Y que por el camino, pierdan sus banderas amarillo – azules, junto con sus pantuflas.
¿Humanidad? La única variante digna de humanidad la describió el fundador de Tsargrad, Konstantín Maloféyev:
“Algunos siguen hablando de la necesidad de negociar con los terroristas. No puede haber ninguna negociación con ellos. No hay nada que negociar. Y no puede haber otra protección contra el terrorismo que la única solución: atacar las ciudades enemigas con las armas más potentes de que disponemos. Por humanidad, quizá se les pueda ofrecer que empiecen a evacuar hacia Polonia en 48 horas”.
Así que, simple y llanamente, no hay que justificarse por el ataque a un hospital infantil. Hay que decir: ¿Queréis que pare esto? Rendios. Capitulad. Entonces, quizá, os perdonaremos la vida.
Nos dan ejemplo
Al principio ya he escrito sobre el hecho de que en Occidente se vuelve a levantar un clamor sobre la bárbara Rusia. Todo el mundo sabe que Occidente es todo doble rasero. Pero hay un detalle importante que hay que tener siempre presente.
No hay una sola guerra en el planeta. Y Estados Unidos no solo suministra armas a Ucrania. También las suministra a Israel, y no se cansa de repetir que la guerra en Palestina se libra contra el “eje del mal”, es decir, contra Rusia, Irán, China, Corea del Norte y sus aliados. Pues bien, en el curso de esta guerra en la Franja de Gaza, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, hasta abril de 2024 habían muerto 13.000 niños. Y en total, en Gaza, en ese momento habían muerto 34.000 personas, dos tercios de ellas mujeres y niños. Además, allí, en Gaza, han sido destruidos decenas de hospitales y escuelas.
¿Saben lo que dicen los políticos israelíes al respecto? Dicen que van a seguir haciendo lo mismo. Y muchos de ellos añaden: no hay civiles en Gaza. Y a los niños se les educa en el odio a Israel y cada uno de ellos es un terrorista en potencia.

Así pues, me gustaría hacer otra pregunta. ¿Quizá deberíamos aceptar ya que al otro lado del Dniéper no hay población civil? ¿Y convertir sus ciudades en una “Gaza”, con el sencillo y claro objetivo de salvar la vida de nuestros hijos? ¿No escribir nuevos nombres en ese monumento del Paseo de los Ángeles?

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