Qué dice la izquierda europea sobre la guerra de Ucrania

Este artículo trata sobre los puntos de vista y las políticas de los partidos de izquierda en Europa respecto a la guerra de Ucrania.

Los partidos socialdemócratas y laboristas reunidos en el grupo político Socialistas y Demócratas (S&D) del Parlamento Europeo están uniformemente a favor de la ayuda militar a Ucrania, así como de las sanciones a Rusia. Los partidos verdes que están en el gobierno en varios países, tienden a ser incluso más entusiastas con la ayuda militar y las sanciones que los partidos del S&D.

Las diferencias significativas aparecen cuando se mira a los partidos a la izquierda del S&D, muchos de los cuales, aunque no todos, están en el grupo político GUE/NGL. El GUE/NGL incluye una amplia gama de partidos de izquierda radical con raíces en diversas corrientes políticas, desde los maoístas reformados del Parti du Travail Belgique (Partido del Trabajo de Bélgica) hasta la extrema izquierda de Podemos en España. Algunas de estas formaciones se han manifestado firmemente a favor de la ayuda militar a Ucrania y de las sanciones a Rusia, otras se han mostrado más ambivalentes y divididas internamente, y otras se han opuesto por completo.

En general, las opiniones de estos partidos sobre la guerra están determinadas por dos factores principales: la proximidad geográfica y sus experiencias históricas con Rusia y la URSS, y si el partido tiene raíces en el movimiento comunista.

Europa Central y Oriental

La experiencia del estalinismo y la dominación soviética desacreditó la política socialista democrática en muchas partes de Europa Central y Oriental. No obstante, en esta región existen partidos de izquierdas que siguen organizándose a pesar de todos los retos a los que se enfrentan. Probablemente el más destacado sería el polaco Lewica Razem (Juntos por la Izquierda), que cuenta actualmente con seis diputados en el Parlamento. Razem está firmemente a favor de la ayuda militar a Ucrania y de las sanciones a Rusia alegando que Ucrania está librando, según Zofia Malisz, de Razem, “una lucha justa por la autodeterminación en contra de un agresor imperialista”.

Razem critica la alianza militar de la OTAN y aboga por una nueva arquitectura de seguridad europea que acabe sustituyéndola bajo los auspicios de la Unión Europea. Al mismo tiempo, sostiene que “dada la falta de una arquitectura de seguridad europea adecuada, actualmente la OTAN representa la única garantía de protección para los ciudadanos polacos” frente a Rusia.

En marzo de 2022, emitieron una declaración conjunta con varios partidos de la región en la que pedían ayuda militar para Ucrania, así como un alivio de la deuda, apoyo a los refugiados y sanciones a Rusia. Además de Razem, la firmaron el Movimiento Social Ucraniano, Vasemmistoliitto (Alianza de la Izquierda, Finlandia), Kairiųjų aljansas(Alianza de la Izquierda, Lituania), Budoucnost (Futuro, Chequia), Jsme Levice(Somos la Izquierda, Chequia), Demos (Partido Democracia y Solidaridad, Rumanía) y Enhedslisten (Lista de Unidad/Alianza Roja-Verde, Dinamarca).

Dinamarca, Filnandia y Suecia

De la izquierda nórdica, hubo 2 partidos que firmaron la declaración de Razem: la Alianza de la Izquierda en Finlandia y la Alianza Rojo-Verde en Dinamarca. La Alianza de la Izquierda tiene sus raíces en el movimiento comunista finlandés, pero el país tiene una larga frontera con Rusia y una tensa relación histórica con su vecino. Históricamente, se ha opuesto firmemente a la adhesión de Finlandia a la OTAN, pero tras la invasión rusa, esto cambió. Formó parte del gobierno de coalición saliente, liderado por los socialdemócratas, y dadas las circunstancias abandonó su histórica oposición a participar en gobiernos que apoyaran el ingreso en la OTAN. Esta decisión no estuvo exenta de polémica, pero la mayoría de los miembros y diputados de la Alianza de la Izquierda, por motivos pragmáticos, acabaron apoyando la decisión del gobierno de entrar en la OTAN. No obstante, el partido sigue mostrándose crítico con la OTAN y pidien su eventual sustitución por una nueva arquitectura de seguridad europea.

La Alianza Rojiverde de Dinamarca ha seguido una trayectoria similar a la de su homóloga finlandesa. Apoya la ayuda militar a Ucrania, y firmó una carta conjunta con la Alianza de la Izquierda y el Vänsterpartiet (Partido de la Izquierda) de Suecia pidiendo fuertes sanciones a las élites rusas. version en español.

El Partido de Izquierda sueco, antiguo Partido Comunista del país, estaba inicialmente en contra del envío de ayuda militar a Ucrania, pero el partido dio rápidamente un giro de 180 grados sobre la cuestión. version en español.

Alemania

Alemania es quizá el caso más interesante por la importancia del país para la coalición pro-Ucrania y las intensas presiones cruzadas a las que se enfrenta Die Linke. Die Linke se encuentra en una situación desesperada; apenas consiguió entrar en el Parlamento en las últimas elecciones y está constantemente sacudido por controversias políticas internas. Die Linke se fundó en 2007 como fusión de elementos escindidos del Partido Socialdemócrata (SPD), con base sobre todo en Alemania occidental, y sucesor del antiguo partido gobernante de Alemania Oriental.

En el congreso del partido del año pasado, Die Linke condenó la invasión rusa, expresó su solidaridad con el pueblo ucraniano y pidió sanciones contra las élites rusas. Al mismo tiempo, se opuso a la ayuda militar a Ucrania, una postura vinculada a una oposición más amplia al rearme alemán y al aumento del gasto militar. Esto no significa, sin embargo, que el partido hable con una sola voz. Como muchas otras cosas en Die Linke, hay muchas disputas entre los partidarios de la controvertida diputada Sahra Wagenknecht, que ha pedido el fin de las sanciones y la ayuda militar y la reanudación de las importaciones de gas ruso, y sus críticos internos. Las luchas internas han debilitado al partido al desmoralizar a sus partidarios y alejar a otros que, de otro modo, podrían sentirse atraídos por él.

Las encuestas de opinión pública sugieren que los partidarios de Die Linke tienen opiniones encontradas sobre la guerra. Un 57% está en contra de la entrega de carros de combate a Ucrania, y una proporción aún mayor está en contra de la entrega de aviones de combate. En cuanto a las negociaciones, el 55% no está de acuerdo en que Ucrania deba ceder ciertos territorios a Rusia para poner fin a la guerra, mientras que el 61% está de acuerdo en que corresponde a Ucrania decidir cuándo entablar conversaciones de paz con Rusia. Existe una amplia preocupación en todos los partidos por la gestión de la guerra por parte del gobierno alemán.

Francia e Italia

Francia e Italia eran únicos países de Europa occidental con unos fuertes partidos comunistas. En Francia, hasta la década de los 80, los comunistas normalmente obtenían entre un 20% – 25% de los votos y tenían una base sólida entre los trabajadores industriales. Los comunistas italianos, el mayor PC de Europa occidental, con más de dos millones de miembros en su momento más álgido, alcanzaron un máximo del 34% de los votos en 1976, una cuota superior a la que jamás obtuvieron los socialistas en su historia. Los comunistas italianos disolvieron su partido en el 1991, mientras que el PC francés se mantuvo hasta el siglo XXI. En Francia, tanto los comunistas como el Parti Socialiste(PS) han sido eclipsados por La France Insoumise(FI), el movimiento populista de izquierdas liderado por Jean-Luc Mélenchon. FI es el principal componente de NUPES, la coalición de izquierdas que también incluye al PS, los Verdes, los Comunistas y otros. En Italia, el grueso del antiguo Partido Comunista pasó a lo que acabó convirtiéndose en el Partito Democratico, el principal partido de centro-izquierda de Italia en el grupo S&D, mientras que la izquierda radical ha retrocedido a los márgenes de la vida política italiana.

El mayor partido de izquierda radical de Italia en la actualidad es Sinistra Italiana (Izquierda Italiana), que cuenta con un pequeño grupo de diputados en el Parlamento, ha condenado la invasión rusa, pero está en contra de la ayuda militar a Ucrania y critica a la OTAN. La más pequeña Unione Populare (Unión Popular ), que incluye partidos muy pequeños como Potere al Popolo( Poder al Pueblo ) y Rifondazione Comunista (Refundación Comunista) y no tiene representación parlamentaria, también se opone a la ayuda militar a Ucrania y a las sanciones a Rusia, y es muy crítica con la OTAN.

En Francia, los partidos NUPES coinciden en gran medida. El PS y los Verdes apoyan firmemente la ayuda militar a Ucrania y las sanciones a Rusia. FI también apoya las sanciones y la ayuda militar; el principal asesor de Mélenchon para asuntos internacionales afirmó recientemente, por ejemplo, que “hay que apoyar a Ucrania, incluso militarmente”. Pero sus líderes ponen más énfasis en impulsar las negociaciones que el PS y Los Verdes, y su grupo parlamentario ha exigido consultas regulares con el presidente Emmanuel Macron sobre la política con Ucrania. Por último, los comunistas han criticado duramente la invasión rusa y apoyan las sanciones, así como los envíos de armas defensivas a Ucrania. Pero su líder, Fabien Roussel, emitió recientemente una declaración pidiendo el fin de los envíos de lo que considera material militar ofensivo, así como un mayor énfasis en las negociaciones y más debate parlamentario sobre la política de Ucrania (según la Constitución francesa, el presidente tiene un control casi total sobre los asuntos exteriores).

Grecia, Portugal, España

La izquierda de estos tres países tiende a ser muy crítica con la OTAN y es contraria a la ayuda militar a Ucrania; sin embargo, hay algunas excepciones notables. En Grecia, Syriza se ha opuesto a la ayuda militar del gobierno conservador a Ucrania, que según el líder del partido y ex primer ministro Alexis Tsipras, ha convertido a Grecia en parte de la guerra. El Partido Comunista Griego, que conserva una base de apoyo electoral de alrededor del 5%, ha calificado la invasión rusa de “despreciable”, pero considera a Estados Unidos, la OTAN y el gobierno ucraniano igualmente responsables de la guerra. Sus diputados boicotearon un discurso del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, el año pasado. Algunos sindicalistas de filiación comunista también han emprendido acciones sindicales para impedir el envío de armas de Grecia a Ucrania.

Los diputados del Partido Comunista Portugués, también boicotearon el discurso de Zelensky el año pasado. El líder del grupo parlamentario del partido denunció que el personificaba “un poder xenófobo y belicista, rodeado y apoyado por fuerzas de carácter fascista y neonazi”. El Bloco de Esquerda (Bloque de Izquierda) de Portugal, un partido con raíces en diversas corrientes marxistas-leninistas y trotskistas, simpatiza mucho más con Ucrania que los comunistas, pero tampoco apoya la ayuda militar.

Estas opiniones son en gran medida similares a las de la izquierda española. Podemos no se ha opuesto a las sanciones a las élites rusas, pero se ha opuesto a la ayuda militar a Ucrania y es muy crítico con la OTAN. El Partido Comunista también es crítico con la OTAN y ha defendido públicamente que “España no debería formar parte de este conflicto.” Sin embargo, Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo comunista del gobierno de coalición liderado por los socialistas, la política más popular del país y la líder de la nueva plataforma electoral de izquierdas Sumarha apoyado el envío de ayuda militar a Ucrania. Al igual que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de Barcelona en Comú (Barcelona en Común), alineada con Sumar a través de la coalición electoral catalana En Comú Podem (En Común Podemos). Colau visitó Kiev el invierno pasado, y Barcelona ha enviado ayuda civil directamente a la capital ucraniana. En Kiev, Colau dijo que “yo no hablaría de ‘conflicto’, sino de una ocupación injusta, cruel, contraria al derecho internacional, y de que hay crímenes de guerra”.


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